El mandatario dijo a su par del país caribeño, Miguel Díaz-Canel, que no importa cuánto varíe la situación internacional, Beijing siempre estará al lado de La Habana, especialmente en contra de la injerencia extranjera y del bloqueo financiero, económico y comercial de Estados Unidos.
Manifestó la confianza de China en la capacidad de la isla de superar todas sus dificultades y también renovó el compromiso de hacer lo mejor posible por aportarle asistencia y ayuda.
Xi se pronunció por unir fuerzas para salvaguardar la justicia internacional, y oponerse a la hegemonía y los poderes políticos.
“China y Cuba son buenos amigos que confían uno en el otro, buenos camaradas con ideas similares y buenos hermanos que comparten en la adversidad”, indicó, al destacar que las distintas generaciones de líderes de ambos lados cultivaron y enriquecieron la amistad tradicional desde el establecimiento de los vínculos diplomáticos hace 62 años.
Se refirió al avance de los intercambios mutuamente beneficiosos y planteó fortalecerlos más mediante el plan de cooperación de la iniciativa china de la Franja y la Ruta de la Seda, y el impulso a la propuesta de desarrollo global. Por otro lado, Xi dijo que la visita actual de Díaz-Canel refleja la connotación especial de los vínculos bilaterales, porque es el primer gobernante de América Latina y El Caribe en viajar al gigante asiático tras el 20 Congreso del Partido Comunista de China.
Actualizó al dignatario caribeño sobre los resultados de esa magna cita, en la cual fue reelecto Secretario General de la agrupación y se delineó la hoja de ruta a seguir en el objetivo de convertir al país en un estado socialista moderno.
Propuso estrechar la comunicación interpartidista, hacer buen uso de los seminarios teóricos y construir el socialismo que satisfaga y se adecue a las respectivas condiciones nacionales.
Luego de las pláticas oficiales, Xi y Díaz-Canel emitieron una declaración conjunta, presenciaron la firma de varios documentos entre sus países y el anfitrión agasajó al visitante con un banquete de bienvenida.
El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, resaltó la importancia de los consensos alcanzados durante las conversaciones de los presidentes, pues tienen «el propósito común de continuar fortaleciendo las excelentes relaciones políticas y profundizando vínculos económicos, comerciales, financieros y de cooperación.»
jcm/ymr