La conmemoración responde a una iniciativa del comité Todo por Pinar del Río, creado el 26 de noviembre de 1941 como un movimiento cívico, cultural y progresista para su época, apunta el historiador Juan Carlos Rodríguez.
Su inspirador fue el médico Tebelio Rodríguez y reunió a representantes de la intelectualidad de entonces empeñados en alcanzar el bienestar de la población de ahí que sus objetivos estuvieran dirigidos al saneamiento, la educación y la moralidad, explica.
Muchos estudiosos coinciden en señalar que el comité Todo por Pinar del Río fue capaz, con el ejemplo, de movilizar a los residentes en la urbe en un objetivo común, imponiéndose a la inmovilidad social con el despertar de la conciencia pública.
Compusieron el himno que identifica y exalta las cualidades de esta región del occidente cubano y diría que su autora, la pianista Rosita Delgado, casi fotografió el grado de olvido y abandono al que era sometida la zona por los gobernantes de turno, agrega Rodríguez.
La estrofa del canto: “Pinar del Río tierra olvidada, la Cenicienta desventurada no pudo ser, porque sus hijos en lucha heroica la harán hermosa es un deber…” confirma la realidad de esta tierra identificada hasta 1959 con el personaje del cuento infantil del francés Charles Perrault, subraya.
Por iniciativa del comité se crea una escuela de artes plásticas, una revista, el primer museo y bandas escolares de música y se logra un real saneamiento de la ciudad. El comité fue y es inspirador también en el presente, indica por último el historiador Juan Carlos Rodríguez.
Manifestaciones culturales acompañan cada año la celebración del Día de la dignidad pinareña como muestra de agradecimiento a aquel grupo de hombres y mujeres que desde su altura cívica supieron batallar por el bien común.
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