Lo reconozco de buena voluntad, fuimos demasiado lejos al acudir mucho a esas entidades, dijo en las primeras declaraciones de este tipo desde el estallido de la polémica en Francia por el llamado “Caso McKinsey”.
Durante la semana que culmina, acaparó la atención mediática la revelación sobre el inicio en octubre de pesquisas por parte de la Fiscalía Nacional Financiera por “favoritismo” y “financiación ilegal de campaña electoral”, averiguaciones al parecer relacionadas con Macron y con la firma estadounidense McKinsey & Company.
Según Le Maire, no es nuevo que se utilicen tales empresas por el gobierno.
Hemos asumido sin dudas el hábito de decir: “la administración no es capaz de realizar este trabajo, debemos buscar a alguien externo”, expuso al canal France 3.
Para el ministro, lo importante es que esa tendencia marche camino a corregirse, una visión que seguramente no acompañarán en Francia los críticos del gobierno y los que quieren llegar al fondo del asunto McKinsey.
La justicia indaga las condiciones de atribución de algunos contratos públicos por cifras significativas a McKinsey & Company, y a su vez la financiación de esta a las campañas del líder francés en 2017 y 2022.
Interrogado al respecto el jueves durante una visita a la ciudad de Dijón, Macron aseguró estar tranquilo y sin preocupaciones.
No le temo a nada, la justicia debe de hacer su trabajo y encontrar la luz, hay muchos ataques políticos que se hacen por el tema de una consultora, esgrimió.
Asimismo, el jefe de Estado afirmó no sentirse en el centro de la pesquisa, el segundo escándalo en el cual lo involucran en pocos meses.
En julio, diversos medios en Francia comenzaron a publicar artículos en torno a Uber, el consorcio con sede en Estados Unidos que brinda servicios de transportación en grandes ciudades, y su manera de triunfar en suelo galo, cuando el actual mandatario era ministro de Economía y Finanzas del gobierno de François Hollande.
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