“El 28 de noviembre de 1932 falleció en La Habana, a la edad de 76 años, el notable pianista, compositor y profesor holandés Hubert de Blanck, quien desde muy joven visitó y residió en Cuba”, indicó el Centro Nacional de Escuelas de Arte en su cuenta de la red social Twitter.
El destacado músico realizó su primer viaje a Cuba en 1882 y en 1885 abrió la academia musical, que inicialmente se identificó con su apellido y después como Conservatorio Nacional de La Habana, el cual incluyó la Sala Espadero, considerada uno de los escenarios para conciertos más importantes del país.
Un tiempo después, el artista fue nombrado presidente de la sección filarmónica de la Caridad del Cerro junto a reconocidos instrumentistas como José y Félix Vandergucht, Charles Werner y Tomás de la Rosa. En 1903, de Blanck se hizo ciudadano cubano.
Capricho Cubano, Concerto, Suite, Quinteto, así como las óperas Actéa, Icaona y Patria —esta última considerada la primera ópera nacional sobre la gesta independentista cubana— figuran entre sus piezas más representativas.
En la actualidad, en la calle Calzada, entre A y B, del capitalino Vedado, se encuentra la última morada del Conservatorio, donde permanece un teatro cuyo espacio y compañía llevan el nombre del músico. En el lugar, el artista Juan Sicre realizó una escultura para homenajear la obra de Hubert de Blanck en la historia de Cuba.
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