Ellos aprenden en la institución oficios tradicionales, con el fin de resguardar los valores arquitectónicos y culturales de la tercera villa cubana, fundada por el Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar en 1514 al centro sur de la isla caribeña.
Esta es una de las ciudades patrimoniales de Cuba que cuenta con este tipo de colegio, adjunto a la Oficina del Conservador de Trinidad y el Valle de los Ingenios.
Desde su apertura ha acogido en sus aulas a más de 470 estudiantes en los perfiles de obrero calificado y técnico de nivel medio, este último en las ramas de Arqueología, Restauración de pinturas murales y Orfebrería.
La directora, Marianela Herrera, detalla que la formación de los alumnos del centro -con un equipamiento moderno gracias a proyectos de colaboración- tiene un importante componente práctico.
Los 28 estudiantes recién graduados de Albañilería Integral de Restauración, Herrería-Hojalatería, Cerámica, Modi-costura y Carpintería se incorporarán a las brigadas de la Empresa de Conservación y Restauración de Monumentos o de trabajadores por cuenta propia.
El XX Seminario Iberoamericano de Arquitectura y Construcción con Tierra también los puso a prueba, dijo la directora, y añadió que “Se confeccionaron más de 300 bloques de tierra comprimida para utilizar en los talleres que tuvieron lugar en la comunidad de San Pedro”.
Este sitio es uno de los exponentes más importantes en la nación de la arquitectura vernácula y una de las comunidades del Valle de los Ingenios en la que sobrevive la técnica del embarrado o embarro.
En 1988 Trinidad –incluye al Valle de los Ingenios- fue declarada por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad y está catalogada como una de las ciudades coloniales mejor conservadas de América.
Esta provincia, cuya cabecera está a unos 350 kilómetros al este de La Habana, tiene el privilegio de contar con dos oficinas del conservador, dos ciudades patrimoniales y dos escuelas de restauración.
La Escuela Taller de Oficios Conrado Garau Gayá, perteneciente a la Oficina del Conservador de la Ciudad de Sancti Spíritus, fue inaugurada en 2020 en la cuarta villa fundada en 1514. Lleva el nombre de este maestro de obras que nació en Menorca en 1895 y dejó su huella aquí.
Por su parte, Fernando Aguado y Rico (Trinidad, 1859-La Habana, 1941) fue un destacado pedagogo, precursor de la enseñanza tecnológica en Cuba. Fundó en La Habana la Escuela de Artes y Oficios, la primera de su tipo en la Isla.
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