Esta nueva inscripción, la quinta lograda por Cuba, representa un nuevo compromiso con la salvaguarda de estos conocimientos transmitidos durante más de 150 años de generación en generación por la comunidad portadora, en este caso nuestros maestros, precisó la embajadora de la nación antillana ante la Unesco, Yahima Esquivel.
La diplomática resaltó la importancia de la inclusión de los peculiares saberes en la lista del ente multilateral, hecho materializado ayer por el Comité Intergubernamental del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, que celebra su decimoséptima sesión del 28 de noviembre al 3 de diciembre en la capital marroquí.
De acuerdo con Esquivel, la tradición incorporada al patrimonio mundial tiene una estrecha y directa relación con la nación cubana y los valores de su cultura.
También la presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio de la isla, Sonia Virgen Pérez, aseveró que existe total voluntad para adoptar las medidas necesarias con el fin de resguardar un elemento que es ahora universal.
Desde los maestros hasta las autoridades asumen ese compromiso, expuso la funcionaria, quien felicitó al pueblo cubano como partícipe de este saber hacer.
Por su parte, el presidente de la compañía CubaRon, Orlando Borrero, calificó de justa y merecida la inclusión de los saberes de los maestros del ron ligero en el patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, lo cual consideró un reto.
El país responderá a la altura de esta responsabilidad de salvaguarda del elemento, afirmó.
En años previos, el Comité que integran 24 Estados miembros de la Unesco inscribió en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad a expresiones cubanas como las Parrandas de la región central, el Punto, la Rumba y la Tumba Francesa.
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