Es el compromiso que asumimos con el presidente Emmanuel Macron hace algunas semanas, de entregar el texto antes de las vacaciones de Navidad, declaró en una entrevista con el diario Le Parisien, al que ratificó la voluntad de extender la edad de retiro de 62 a 65 años, el punto más polémico del proyecto.
De acuerdo con la primera ministra, hasta la presentación de la reforma, continuarán las conversaciones con los sindicatos y las patronales, un proceso acogido en general con escaso entusiasmo por los actores sociales.
Borne adelantó que la iniciativa comenzaría a aplicarse en el verano del 2023, con la generación nacida en el segundo semestre de 1961 como la primera concernida, hasta alcanzar a todos los asalariados en 2031.
La reforma de la jubilación es uno de los objetivos de Macron desde su primer mandato en el Palacio del Elíseo (2017-2022), pero la irrupción de la pandemia de la Covid-19 en marzo de 2020 y las fuertes protestas y huelgas promovidas por sindicatos en 2019 y 2020 llevaron a su posposición.
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