La alta dirección del país calificó de extraordinaria la labor de médicos, enfermeros, laboratoristas y técnicos de todos los centros asistenciales de la nación en los momentos más complejos de la pandemia.
Uno de los grandes éxitos -con el invaluable aporte científico- es la campaña de vacunación, en la que ya fueron administradas a la población más 42 millones 540 mil 700 dosis.
La tasa de incidencia de la enfermedad disminuyó notoriamente en todas las provincias, al igual que la de pacientes graves, críticos, casos pediátricos y fallecidos, según las estadísticas del Ministerio de Salud Pública.
Este resultado epidemiológico favorable es fruto de la creación y producción de los inmunógenos cubanos Soberana 02, Soberana Plus y Abdala.
Según el Ministerio de Salud Pública, tienen el esquema de vacunación completo el 90,3 por ciento de la población cubana, mientras que más ocho millones 655 mil 35 personas cuentan con dosis de refuerzo.
De acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, al cierre de marzo del año en curso, la población cubana era de 11 millones 105 mil 814 habitantes. La nación caribeña también celebra el Día de la Medicina Latinoamericana contribuyendo con la asistencia sanitaria al pueblo mexicano atendiendo a los sectores más vulnerables.
En la despedida esta semana de los 55 médicos, la viceministra primera del Ministerio de Salud Pública, Ana Margarita Cruz, precisó que en estos 59 años de cooperación en el exterior, los profesionales alcanzaron resultados relevantes.
Eso –resaltó Cruz- se refleja en la satisfacción de los pacientes atendidos, en la transformación favorable de los indicadores de salud y en las vidas que salvaron, como muestra del humanismo y el altruismo que caracterizan a los profesionales formados por la Revolución cubana.
El Día de Medicina Latinoamericana es celebrado cada 3 de diciembre, jornada en la que se conmemora el natalicio del sabio cubano doctor Carlos J. Finlay. También es festejado en la nación caribeña el Día del Trabajador de la Salud.
Finlay descubrió y describió la importancia del vector biológico a través de la teoría metaxénica de la transmisión de enfermedades por agentes biológicos, aplicándola a la fiebre amarilla transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
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