El presidente del jurado, Alberto Lescay, quien recibió el galardón el pasado año, destacó los puentes tendidos por la artista hacia las tradiciones asiáticas, donde radican sus orígenes, y su imbricación con lo cubano.
Además, el premio reconoce la labor de Fong en la docencia, como formadora de varias promociones de artistas en el sistema nacional de enseñanza.
Igualmente, los integrantes del jurado resaltaron la solidez y la proyección de su obra pictórica, vinculada a las esencias de la cultura cubana.
Según Lescay, la cantera para el Premio Nacional de Artes Plásticas es muy rica y en esta ocasión, se valoraron casi veinte candidaturas, todas con indudables merecimientos.
El jurado del Premio Nacional de Artes Plásticas 2022 también estuvo integrado por los también premios nacionales Lesbia Vent Dumois y Nelson Domínguez, el curador internacional José Manuel Nocedjñ y el artista visual Liesther Amador.
Tras divulgarse la noticia, el Consejo Nacional de las Artes Plásticas felicitó a Fong, de 73 años, y señaló que es un «merecido reconocimiento a la labor de esta querida creadora”.
La artista ya ha dejado una impronta en las artes visuales de la nación antillana y a nivel internacional.
Su estilo singular, marcado por dibujos sobre la naturaleza, aparece expresado en la composición de sus obras que recrean una variedad cromática, matizada por las tonalidades amarillas y azules.
Del mismo modo, es famosa por la forma de llevar al lienzo o la cartulina paisajes autóctonos, en los cuales sobresale la sensualidad tropical y la tenacidad asiática.
La grabadora e ilustradora cubana, reconocida también por la confección de papalotes artísticos con la técnica oriental, ha logrado un equilibrio y armonía en piezas escultóricas, cerámicas, vitrales y diseños de tejidos.
Nacida en la ciudad cubana de Camagüey, el 8 de noviembre de 1949, hija de chino y cubana, terminó sus estudios de nivel medio en la Escuela Provincial de Artes Plásticas de esa urbe en la especialidad de Pintura.
A partir de 1966 siguió sus estudios en la Escuela Nacional de Arte de Cubanacán en La Habana, donde se graduó en 1970.
De 1970 a 1989 fue profesora de la Escuela de Artes Plásticas de San Alejandro y se ha mantenido muy vinculada a la enseñanza.
La autora de las reconocidas series Remolinos y ciclones, Trópico y El Caribe ostenta la Distinción por la Cultura Nacional (1988), el Premio de la Asociación Internacional de Artes Plásticas (1985) y el galardón Bolsa de Estudios del Gobierno Italiano (1988).
Sus obras forman parte actualmente de colecciones privadas de importantes galeristas y de museos en varios países del mundo.
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