El estudio -publicado en Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association- lo realizaron científicos de la Universidad de Tufts, Estados Unidos quienes aseguran lo importante de conocer más sobre alimentos y nutrientes, y su incidencia en la protección de dicho órgano.
Los expertos demostraron que la vitamina D está presente en el cerebro y guarda estrecha relación con la actividad cognitiva.
Buscaron vitamina D en cuatro regiones del cerebro: dos asociadas a cambios relacionados con la enfermedad de Alzheimer, una asociada a formas de demencia relacionadas con el flujo sanguíneo y una región sin ninguna asociación conocida con el deterioro cognitivo relacionado con la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad vascular.
“Descubrieron que la vitamina D estaba efectivamente presente en el tejido cerebral, y que los niveles altos de vitamina D en las cuatro regiones del cerebro se correlacionaban con una mejor función cognitiva”, puntualiza la publicación científica.
Los expertos advierten que no se deben utilizar grandes dosis de suplementos de vitamina D como medida preventiva. En el caso de las personas mayores de 70 años de edad las cantidades excesivas pueden ser perjudiciales y pueden tener riesgo de caídas.
La vitamina D contribuye a muchas funciones del organismo, como la respuesta inmunitaria y el mantenimiento de unos huesos sanos.
Puntualizan los especialistas, que está presente en el pescado graso, leche, zumo de naranja e incluso en la luz solar.
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