A través de un comunicado, la Red, integrada por más 15 organizaciones solidaria, se refirió a las mentiras del gobierno de Estados Unidos que acusan a Cuba de violar los derechos humanos, cuando son ellos los principales transgresores. “A pocos días de celebrar los 64 años del triunfo de la Revolución cubana y en los momentos cruciales que atraviesa el planeta, el imperialismo yanqui sigue empeñado en destruir el más hermoso proyecto de nación que existe en toda nuestra América”, señala.
De igual modo, exigieron el fin del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington a la nación caribeña desde hace más deis décadas.
Al respecto, la Red solidaria aseveró que, si al gobierno de los Estados Unidos realmente le interesara el bienestar, los derechos humanos y la libre determinación de los cubanos, debería levantar su cerco contra la isla.
“La guerra híbrida desatada contra el pueblo cubano por el imperio incluye agresiones económicas, la más despiadada guerra mediática que ha conocido la humanidad y el bloqueo más largo de la historia”, subrayó el documento.
Asimismo, añade que quienes pretenden acabar con el proyecto cubano ven en los momentos difíciles que atraviesa la isla la oportunidad para atizar el descontento popular e imponer una matriz de opinión contraria al gobierno.
“Alientan y financian actos vandálicos y terroristas, estimulan el malestar de la población ante la escasez de alimentos y medicamentos y manipulan a la opinión pública internacional con descaradas fake news”, resaltó.
El texto también calificó de “sucia” la campaña mediática desatada recientemente contra Cuba, Nicaragua y Venezuela por supuesta persecución a la libertad religiosa.
“Lo que ha sucedido es que las jerarquías católicas se han convertido en una de las principales armas para desestabilizar gobiernos y promover golpes de Estado suaves”, enfatizó.
En ese sentido, el comunicado hizo alusión a las mentiras de “lacayos” europeos y latinoamericanos quienes quieren dar lecciones de democracia y derechos humanos, “pero ni Venezuela, Nicaragua, ni Cuba necesitan de paradigmas”.
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