Durante la última jornada del Décimo Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), el mandatario reconoció, no obstante, su confianza en la dirección colectiva y ratificó su condición de “fiel defensor” de los acuerdos asumidos en el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba.
Desde el Palacio de Convenciones de La Habana, Díaz-Canel señaló que este año estuvo signado por adversidades como el accidente en el hotel Saratoga, el incendio en la zona industrial de Matanzas (occidente) y el impacto del huracán Ian en el occidente de la isla.
Ello, afirmó, obliga a la superación, incide en el aprendizaje y resulta en la capacidad de sopesar cada paso desde la ecuanimidad, y valoró cómo repercuten los principios, la historia y la permanencia del pueblo en el aumento de la fuerza y la confianza en la victoria.
De acuerdo con el presidente su gestión estuvo caracterizada por el cumplimiento de los preceptos constitucionales, el respeto a la legalidad y los intereses del pueblo y su constante promoción a los mecanismos de la activación ciudadana y el involucramiento popular en todas las esferas.
A su juicio, durante su administración insistió en la importancia de escuchar al pueblo y gobernar en consecuencia; así como, en la significación de la ciencia y la asistencia de expertos y académicos en el mejoramiento de instrumentos democráticos.
En el período, argumentó, destacan la emergencia de numerosos programas para el enfrentamiento a las dificultades económicas, algunos de ellos vinculados a la soberanía alimentaria, la estrategia para alcanzar la estabilidad del sistema electroenergético nacional y el control de la pandemia de Covid-19.
De igual manera, refirió la creación y promoción de planes sociales orientados a la disminución de las desigualdades y las vulnerabilidades y aseguró que cada ley aprobada por el parlamento cubano será más legítima en la medida en que más personas intervengan en su elaboración.
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