En la medianoche del 18 de diciembre de 1956 se reencontraron en ese punto de la Sierra Maestra, en el oriente de Cuba, Fidel y Raúl Castro y unos pocos expedicionarios, 16 días después del azaroso desembarco del yate Granma.
En esas poco más de dos semanas, los revolucionarios habían sufrido un costoso revés en la zona de Alegría de Pío; dispersos, eran perseguidos por las tropas de Fulgencio Bastista (1952-1958) y contaban apenas con siete fusiles, pero a pesar de todo Fidel Castro pronunció una profética frase: Ahora sí ganamos la guerra”.
Este domingo, el presidente Miguel Díaz-Canel aseguró en su cuenta de Twitter que esa expresión del líder histórico de la Revolución cubana “expresa la irreductible fe en la victoria de los revolucionarios, siempre vencedores del imposible”.
Para el primer ministro Manuel Marrero, aquel encuentro “fortaleció el espíritu de resistencia, unidad y victoria de nuestros combatientes, dando continuidad al proceso revolucionario”.
Por su parte, el canciller Bruno Rodríguez aseguró en Twitter que de ese histórico encuentro “heredamos el optimismo revolucionario, el espíritu de resistencia y la certeza en la victoria, con que el pueblo cubano defiende su Revolución y construye cada día una obra humanista y de justicia social”.
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