A través del virtuosismo musical, el apoyo con imágenes de las afectaciones de la guerra y la remembranza a los desplazados, la velada artística refrendó el patriotismo y la fuerza de una nación que sufre del bloqueo de Estados Unidos y los ataques de Israel.
La perspicaz llovizna invernal no impidió a los ciudadanos repletar la Casa de la Ópera citadina y sobre el escenario más de un centenar de niños, jóvenes y adultos regalaron armonía y felicidad.
Por cerca de una hora, los presentes en la sala dejaron a un lado las problemáticas cotidianas, los temores ante los bombardeos israelíes y los crímenes terroristas, para vitorear y regalar aplausos.
Un programa variado de 17 canciones de autores nacionales, libaneses e internacionales amenizaron una noche musical que devolvió la esperanza y el optimismo con un mundo mejor.
La inocencia de los pequeños, el amor de los adultos y la hermandad mostraron los valores más puros de un país que sortea la asfixia externa y busca recuperar la vitalidad de antaño tras más de una década de guerra.
Fundado en 1977, el Coro de la Alegría salió de los espacios eclesiásticos para mostrar al mundo la cultura nacional siria y del Levante, bajo la guía del sacerdote católico Elías Zahlawi, padre en la Iglesia de Nuestra Señora de Damasco.
Precisamente, en su cumpleaños 90, el estudioso de la teología de la liberación llamó a fortalecer la nación a través del amor, el respeto, la honestidad y el sacrificio, a favor de un mundo justo.
El intelectual y académico evocó en sus palabras a los ciudadanos desfavorecidos, los pobres de la tierra y convocó al retorno para reconstruir entre todos un país mejor.
La emotiva interpretación de las notas del Himno Nacional cerraron la velada del Coro de la Alegría, con la confianza de que los tiempos por venir serán de más paz y progreso para el pueblo sirio.
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