En medio del anuncio de la cancelación de dos de cada cinco trenes de gran velocidad el sábado y el domingo, el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, calificó de «el peor momento» para el paro del movimiento en reclamo de mejoras salariales.
Según el vocero, los huelguistas deberían renunciar, y dejó entrever acciones para en un futuro prevenir el impacto en los servicios públicos de las protestas.
El Presidente de la República pidió a la Primera Ministra reflexionar al respecto, en aras de garantizar la continuidad de los servicios ante movimientos sociales, dijo en declaraciones que pudieran generar molestia en sindicatos que ya acusan al Ejecutivo de atacar el derecho consagrado a la huelga.
Por su parte, el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, demandó a la SNCF, la compañía ferroviaria pública, a negociar con los trabajadores en paro, con el fin de salvar la Navidad de muchos franceses.
También Le Maire criticó la decisión de los controladores.
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