Desde su debut consagratorio de la mano del realizador Humberto Solás en una de las tres historias del clásico Lucía, Nuñez también demostró sus dotes histriónicas y versatilidad en otras producciones importantes como La primera carga al machete, de Manuel Octavio Gómez,y Memorias del Subdesarrollo, de Tomás Gutiérrez Alea.
En palabras de la propia intérprete, «fueron casi los primeros directores con que trabajé. Para mí fue una experiencia extraordinaria que la vida, el azar, la casualidad, me pusiera en manos de estos dos grandes realizadores en un principio en mi carrera», declaró a medios nacionales.
La única actriz cubana que trabajó en las cintas que relatan tres grandes momentos históricos del cine cubano pos-revolucionario sumó su talento a otros largometrajes de peso a la altura de Amada, Cecilia y Viva Cuba.
Asimismo ha merecido varios lauros, entre estos, el premio ACTUAR por la obra de la vida y la condición Maestro de Juventudes en 2019, que otorga la Asociación Hermanos Saíz, al tiempo que recibió el premio Lucía de Honor, en reconocimiento a una vida consagrada al séptimo arte, durante el Festival Internacional de Cine de Gibara.
Recientemente obtuvo junto a su esposo, el director Manuel Herrera, las estatuillas del Corazón del Bajío por la obra de la vida, del BJX Festival Internacional de cine del Bajío en Guanajuato, México, que este año tuvo como país invitado a Cuba.
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