El chofer fue arrestado el domingo luego de recibir tratamiento médico por heridas menores en un hospital privado, informó la portavoz de la policía de Gauteng, Brenda Muridili.
Según fuentes cercanas a la investigación, ha sido acusado de múltiples cargos de homicidio culposo, conducción negligente, daño malicioso a la propiedad, y provocar de manera no intencional una explosión que resultó en hasta ahora 18 muertes, y más de un centenar de heridos.
El pasado sábado el vehículo con gas licuado explotó bajo un paso superior una zona residencial de Boksburg, municipio metropolitano de Ekurhuleni, al este de Johannesburgo, provocando, entre otras afectaciones, el colapso de ala de servicios de urgencias del hospital OR Tambo Memorial, a 100 metros del lugar.
De acuerdo con testigos presenciales, el conductor del camión intentó pasar por debajo de un puente de baja altura respecto a la del vehículo, quedándose atascado.
La fricción generada por el contacto entre el metal y el concreto habría provocado la explosión.
El ministro de Infraestructura y Desarrollo de Gauteng, Lebogang Maile, reveló que la deflagración no causó daños estructurales visibles en el hospital, más allá de la zona de urgencias.
No obstante, detalló, sí hubo grandes afectaciones en las puertas, ventanas, quirófano y rayos X, así como a gran parte del sistema eléctrico interno del nosocomio.
De su lado el vocero de la Asociación Médica de Sudáfrica, Mvuyisi Mzukwa, pidió a sus miembros, incluidos los trabajadores de la salud del sector privado, que ayuden en los hospitales donde reciben atención las víctimas de la explosión.
Tras el accidente, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, expresó una profunda tristeza por la pérdida de vidas. Aseguró que el Gobierno está tomando todas las medidas necesarias para brindar alivio a las personas afectadas por el incidente.
También alertó de la necesidad de evitar riesgos cuando estamos en nuestras carreteras que compartimos como un servicio público
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