La remoción, efectiva de inmediato, sigue en pocos meses al despido, también fulminante, de la ahora exministra de Exteriores Liberata Mulamula, acusada de “propasarse” durante la participación de la delegación tanzana a la sesión de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) el año pasado.
El despido del embajador Gastorn provocó una ola de cambios en el interior del gobierno tanzano que alcanzó al secretario principal en la Casa de Gobierno, nuevo embajador en Washington y ante la ONU.
Los enroques incluyeron al director general del Servicio de Seguridad e Inteligencia.
La magnitud de los cambios indica que la presidenta Suluhu Hassan está empeñada en una tarea de limpieza de su gabinete para llegar impoluta a la campaña presidencial de 2025, durante la cual presentará su candidatura a la reelección.
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