Los bifosfonatos presentaron el balance más favorable entre beneficios, daños, valores y preferencias de los pacientes, y coste entre las clases de fármacos que se evaluaron, precisó la revista Annals of Internal Medicine.
Además de los beneficios clínicos, estos son mucho más baratos que otros tratamientos y están disponibles en formulaciones genéricas orales e inyectables.
Pasado los cinco años de su utilización los médicos deben considerar la interrupción del mismo, advirtieron los expertos. El Colegio Americano de Médicos -que promovió estas recomendaciones clínicas- sugiere que los galenos usen el inhibidor del ligando RANK (denosumab) como tratamiento farmacológico de segunda línea para aquellos que sufran efectos adversos de los bifosfonatos.
También pueden utilizar el inhibidor de la esclerostina (romosozumab) o la PTH recombinante (teriparatida), seguidos de un bifosfonato, para reducir el peligro de fracturas sólo en mujeres con osteoporosis primaria con un riesgo muy elevado de sufrir ese tipo de lesión.
Recuerda la publicación que «la osteoporosis es una enfermedad esquelética sistémica caracterizada por la disminución de la masa ósea y el deterioro del tejido óseo, que conlleva un mayor riesgo de fragilidad ósea y fractura, especialmente en la cadera, la columna vertebral y la muñeca».
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