Entre esos detalles está el hecho de que la mayor parte de los eventos tuvo lugar en zonas de actividad sísmica relacionada con la falla Oriente, principal ámbito de esos movimientos vinculado con el límite de placas al sur de la región oriental, pero el de mayor magnitud se registró al norte de Las Tunas.
De acuerdo con ese reporte, el terremoto de 5.0 en la escala de Richter, se ubicó el 8 de noviembre a 60 kilómetros de Puerto Padre, en esa provincia nororiental, donde después se determinaron unos 430 movimientos telúricos.
Como sucede habitualmente con la certeza de que los temblores se dan a lo largo y ancho de la geografía cubana, también ocurrieron en las regiones central y occidental con magnitudes inferiores a 3.0.
Un total de seis mil 647 fueron los sismos registrados y el mencionado domingo de noviembre fue la fecha de más elevada incidencia, con 67, mientras que Santiago-Baconao fue la zona de mayor actividad, con mil 468, y Camagüey-Cubitas la más energética.
Los especialistas enfatizaron en el seguimiento a la sismicidad en el área suroeste de Haití, por su cercanía con Cuba y haber experimentado unos dos mil 200 terremotos de diferentes magnitudes, además de mantenerse muy activa tras el fenómeno del 14 de agosto del 2021, con magnitud de 7.3.
Con la excepción de Pinar y Bahamas Norte, cuyo comportamiento fue considerado como normal, las 11 restantes zonas de actividad sísmica del SSN mantuvieron una valoración de alta.
Con estabilidad en su funcionamiento durante el año recién finalizado, la red de estaciones sumó una nueva en la ciudad de La Habana.
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