Hasta el 13 próximo sesionará el evento, dedicado al punto cubano que fue declarado recientemente Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad y una herencia cultural de notable arraigo entre el archipiélago, principalmente en las zonas rurales.
Con las palabras de Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, quedó inaugurado este encuentro, que contó también en su primera jornada con espacios dedicados a la cultura del café y a una exposición de discos de vinilo que son atesorados por la Oficina del Conservador de la Ciudad.
En el patio de la emblemática casona del reparto Vista Alegre tuvieron lugar espectáculos de rumba, otra manifestación de la cultura nacional, marcada por la música y la danza, distinguida con la alta categoría mundial conferida por la Unesco.
Una de las últimas novedades relacionadas con el reconocimiento perpetuo a James es la decisión de la dirección de la Biblioteca Provincial Elvira Cape de poner su nombre a la sala general de esa institución, segunda en Cuba por su patrimonio bibliográfico e inmersa en un proceso cultural renovador.
Vergüenza contra dinero, el libro publicado con una muy modesta factura en 1996, en medio de la crisis económica denominada período especial, fue una de sus obras paradigmáticas, en la cual se evidencia su honestidad intelectual y su lucidez histórica.
Ese ensayo, de acuerdo con estudiosos, alude a la curiosa capacidad de la cubanía para salvarse de las acechanzas contra su propia existencia, ya sean externas o las peores, que son las propias, además de la fragua de una cultura con dimensión de sacrificio, en lucha contra la injusticia y el vicio.
Nacido el 13 de enero de 1942 y fallecido en junio del 2006, el director de la Casa del Caribe legó una obra prolífica, expresada en decenas de libros que revelaron aristas del ser cubano y caribeño, con énfasis en las más auténticas manifestaciones de la cultura popular.
Las más recientes ediciones del Coloquio estuvieron dedicadas a las fiestas populares en Cuba y la región, con disertaciones y audiovisuales acerca de las parrandas y del carnaval santiaguero, declarado Patrimonio Cultural de la nación, y a la Oficina del Conservador de la Ciudad.
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