Las conferencias impartidas han contribuido al redescubrimiento de esa impronta desde la defensa de la cultura popular tradicional, la narrativa historiográfica en dos de sus novelas, las investigaciones sociológicas y su condición como personalidad de las ciencias en la ciudad.
Particular atención despertó la disertación de Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, bajo el título El miedo en Cuba. El libro que Joel no pudo escribir, con ideas vinculadas a anotaciones hechas al respecto por el notable intelectual e incubadas, de alguna manera, en textos anteriores publicados.
Polémico y controversial, honesto y lúcido, James revelaba en esos apuntes miradas acerca de los convulsos acontecimientos y circunstancias de Cuba y el mundo en la década de los 90 del pasado siglo, con la caída del muro de Berlín y el proceso contra errores y tendencias negativas a lo interno.
En la tercera jornada del evento fueron centros de los análisis las dinámicas y problemáticas de la cultura campesina en esta provincia; el punto cubano, que fue recientemente declarado Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, y la identidad y la cultura cubana y caribeña.
Un momento especial resultó la presentación de la compilación Haydee Santamaría, hay que defender la vida, una coedición de Casa de las Américas con Ocean Sur, a cargo de Fernando Luis Rojas, director del Fondo editorial de esa institución que ella dirigiera.
Mañana será el tributo a James ante su tumba en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia, al cumplirse 81 años de su nacimiento, y serán entregados los premios Memoria Viva por la dirección provincial de Cultura.
Nacido el 13 de enero de 1942 y fallecido en junio del 2006, el director de la Casa del Caribe legó una obra prolífica, expresada en decenas de libros que revelaron aristas del ser cubano y caribeño, con énfasis en las más auténticas manifestaciones de la cultura popular.
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