La denominada Intersindical, que agrupa a las ocho principales organizaciones de trabajadores, convocó la primera jornada de movilización para el jueves 19 de enero, y denunció “una reforma brutal” que “golpeará duramente a todos los trabajadores, especialmente a los que empezaron a trabajar pronto, a los más precarios, y a aquellos cuyos trabajos no son reconocidos como duros”.
Además de este paro de 24 horas a nivel nacional, la Confederación General del Trabajo (CGT) también anunció para el 26 de enero una huelga de 48 horas, seguida de otra de 72 horas el 6 de febrero, haciéndolas coincidir con el calendario de movilizaciones presentado por la sección sindical en el sector del petróleo de la CGT.
Los sindicatos desmintieron igualmente uno de los argumentos del Gobierno, al señalar que el consejo consultivo sobre jubilaciones “indicó claramente que el sistema de pensiones no está en peligro. No hay emergencia financiera”.
Recordaron que “las organizaciones sindicales no han dejado de proponer otras soluciones de financiación durante las consultas con el Gobierno, empezando por la mejora del empleo de los trabajadores de más edad”, sin embargo el ejecutivo “nunca estudió seriamente” estas alternativas.
Por su parte la primera ministra, Elisabeth Borne, realizó hoy “un llamamiento a la responsabilidad” a los sindicatos, durante su visita a Disneyland París, y les recordó que el derecho a la huelga y a manifestarse debe llevarse a cabo “buscando formas de acción que no penalicen a los franceses”, advirtió.
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