En la ceremonia de traspaso a Cuba de esa responsabilidad, el jefe de Estado instó, a través de un videomensaje, a articular acciones para vencer los obstáculos al progreso real de los pueblos. La unidad es un hoy imperativo y la mayor de todas las urgencias, apuntó.
Reafirmó, asimismo, el compromiso de su país de trabajar por el desarrollo de naciones con las que –dijo- Cuba comparte una historia de abusos contra nuestros pueblos, pero también de objetivos y esperanzas comunes.
Nuestras naciones continúan en la retaguardia del desarrollo global, mientras cargan sobre sus hombros las consecuencias de las múltiples crisis y desigualdades derivadas del injusto orden internacional vigente, que perpetúa el subdesarrollo, la pobreza y el hambre, señaló.
Ante ese escenario global, destacó el papel del G-77 más China como conciencia económica de los países subdesarrollados, la cual –opinó- propicia la unidad entre países, regiones, identidades, culturas y niveles de desarrollo diversos.
Resaltó que la fuerza de las dos terceras partes del mundo, representada en el G-77 más China ha permitido avances significativos en determinados objetivos e ideales, pero –apuntó- quedan muchos asuntos sustanciales pendientes a los que se agregan los problemas del mundo pospandémico.
Afirmó Díaz-Canel que frente al retroceso provocado por la pandemia de la Covid-19 en varios países, resulta imperativo alcanzar consensos en los temas que afectan al bloque y sus naciones miembros.
Solo por ese camino seremos capaces de acercarnos a las aspiraciones de los pueblos históricamente preteridos, y a sus ansias de justicia social, apuntó.
En su mensaje, el mandatario cubano reiteró el compromiso de trabajar sin descanso en defensa de los intereses supremos de las naciones miembros del Grupo.
Creemos firmemente en el multilateralismo y en el poder inconmensurable de la unidad y la diversidad, expresó.
En su alocución, extendió una felicitación a Pakistán por la exitosa labor desempeñada al frente del Grupo en 2022.
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