En la misiva, que recuerda el histórico viaje apostólico de su antecesor efectuado entre el 21 y el 25 de enero de 1998, el primero de un Sumo Pontífice a esa nación latinoamericana, Francisco exhortó a los cubanos a “seguir construyendo con esperanza y determinación el futuro de esa nación”.
Con “el espíritu que los caracteriza, abierto, acogedor y solidario, sigan caminando juntos con esperanza, sabiendo que siempre, y particularmente en medio de las adversidades y sufrimientos, Jesús y su Madre Santísima los acompañan”, expresó el obispo de Roma.
Recordó las palabras que dirigió entonces Juan Pablo II a los jóvenes cubanos, cuando les pidió que “afronten con fortaleza y templanza, con justicia y prudencia los grandes desafíos del momento presente” y señaló que “la persona se define principalmente por su responsabilidad hacia los demás y ante la historia”.
El papa Francisco manifestó que “como signo de mi cercanía y comunión con el querido pueblo cubano, que cuenta con grandes escritores y artistas, quisiera recordar unas palabras del Padre Varela, que expresan la necesidad de radicarse en el bien y la fecundidad de este esfuerzo”.
Citó a ese sacerdote cubano de inicios del siglo XIX, un relevante patriota declarado venerable por el papa Benedicto XVI en abril de 2012, cuyo proceso de beatificación está en marcha en el Vaticano, quien dijo que “luego que el árbol se radique, bien pronto extenderá sus ramas, y a su sombra reposará la virtud”.
“Este árbol pleno de vitalidad bien puede representar al hombre que tiene enraizada su confianza en el Señor”, añadió el Sumo Pontífice
Como dijo el profeta Jeremías “él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto”, agregó.
El papa Francisco aheló que las palabras de Juan Pablo II durante su viaje apostólico a Cuba “resuenen con fuerza en el presente, y den un nuevo impulso para seguir construyendo con esperanza y determinación el futuro de esa nación”
Finalmente invitó al pueblo de ese país “a que continúen ahondando en sus propias raíces con valentía y responsabilidad, y sigan dando frutos unidos en la fe, la esperanza y la caridad” y deseó que “Jesús bendiga al pueblo cubano y Nuestra Señora de la Caridad del Cobre lo cuide y acompañe”.
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