La frase, que se remonta al siglo XIX e incluso más atrás y cuenta con varias versiones sobre su origen, es la más empleada por los cubanos cuando en el suave invierno de la nación caribeña, los termómetros bajan más de lo deseado por la mayoría.
Y así ocurrió el último fin de semana y en especial en la madrugada del domingo para este lunes, cuando 40 de las 68 estaciones meteorológicas del país reportaron a las 04:00, hora local, mínimas por debajo de 10 grados Celsius, y de ellas, ocho iguales o inferiores a los cinco grados.
La temperatura más baja, indico el Instituto de Meteorología (Insmet), fue de 1,5 grados centígrado en la estación de Indio Hatuey, en la occidental provincia de Matanzas.
Pero lo más llamativo en esta jornada fue el frío que se extendió hasta la región más oriental de la isla, donde por lo general, cuando en el occidente los cubanos tiritan, los habitantes de la otra punta de la isla siguen abanicándose con temperaturas que, en pleno invierno, sobrepasan los 30 grados.
Este lunes la situación fue bien distinta y, por ejemplo, la estación de Jíquima, en la provincia de Holguín reportó 7,4 grados, en la calurosa ciudad de Manzanillo bajó hasta 9,9 y en la localidad de Yateras más aún, pues llegó a 6,9, lo que según expertos puede marcar récord en la provincia Granma para enero.
En La ciudad de La Habana el valor más bajo fue -como casi siempre- en Santiago de las Vegas, en la zona del aeropuerto internacional José Martí, donde la columna de mercurio se contrajo hasta los 7,9 grados.
El Insmet advirtió que la masa de aire frío y seco procedente del norte es la causante de las bajas temperaturas en las primeras horas del día.
Aunque en la capital y el resto del país el sol brilla, no calienta como es costumbre por lo que la mayoría salió “forrada” al trabajo o la escuela y no faltaron quienes sacaron bufandas y guantes desde lo más profundo de los armarios.
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