La idea es ir juego a juego y hasta el final nunca se sabe, nosotros estamos listos porque esta final debe llegar a un sexto o un séptimo partido, expresó Álvarez a Prensa Latina.
Con respecto a sus contrarios, consideró que hay que lanzarles con mucho cuidado, siempre bordeando la zona de duda.
«Traté de trabajarlos en su zona débil en los primeros envíos porque es una alineación sumamente peligrosa. Tienen un gran equipo que prácticamente barrió esta Liga y no te puedes regalar», expresó.
Álvarez realizó un relevo de leyenda en el primer desafío, cuando dejó sin anotaciones a los orientales pese a tener bases llenas sin out en el octavo episodio, y con dos corredores sin out en el décimo para apuntarse el triunfo 13-11.
Fue un choque en el cual sufrieron casi todos los lanzadores que se encaramaron en la lomita, pero para este serpentinero lo más importante es la entrega vista.
«Nuestro equipo nunca se da por vencido, logramos el primer objetivo de llegar cómodos a nuestra casa. Estamos en un buen momento y espero que todo salga bien para ganar el campeonato», explicó.
Ahora la final se trasladará a San José de las Lajas, en Mayabeque, donde Álvarez dice que se siente muy a gusto a pesar de haber sido considerado enemigo hasta hace poco.
«La afición me acogió muy bien, incluso me pedían que bailara de vez en cuando. Es increíble cuando los aficionados te quieren. Hemos hecho una gran familia y el director (Michael González) no solo es un buen director, sino una excelente persona», manifestó.
Todavía no se sabe cuál será el resultado de este enfrentamiento que proseguirá mañana, pero desde ya hay que agradecer la entrega por ambos bandos, de la cual es un buen ejemplo este propio pitcher.
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