Con seguridad, como ocurre siempre, la cifra de participantes que divulgará más tarde la Prefectura de París será mucho más baja, pero los medios de prensa se hacen eco del anuncio del gremio, en una jornada impresionante de movilizaciones en rechazo al considerado proyecto estrella del presidente Emmanuel Macron, quien está en España.
Por primera vez en más de una década, los ocho principales sindicatos coincidieron en el llamado a protestar, encabezados por la CGT y la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), organizaciones que no suelen coincidir en sus posturas.
La pregunta a responder es si las marchas en las ciudades del país superaron el millón de participantes, un objetivo adelantado por el secretario general de la CGT, Philippe Martinez, y figuras políticas como el secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel.
Junto a los trabajadores, protestaron contra la reforma en París dirigentes de las fuerzas de la izquierda, entre ellas el propio Roussel, el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, la jefa de la Bancada de La Francia Insumisa (LFI) en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, y la diputada ecologista Sandrine Rousseau.
El líder de LFI y excandidato presidencial, Jean-Luc Mélenchon, desfiló en Marsella, desde donde cifró en 140 mil los manifestantes y afirmó que Macron perdió la primera batalla.
Globos gigantes, banderas, pancartas, consignas, música y artefactos pirotécnicos adornaron las coloridas marchas, acompañadas por huelgas significativas en sectores como el transporte, la energía, la educación y la función pública.
Los participantes repudiaron en particular la extensión de la edad de retiro de 62 a 64 años, aunque también denunciaron el aumento a 43 años del período de cotizaciones y la eliminación de regímenes especiales de jubilación.
En esta capital, las autoridades confirmaron hasta el momento 30 detenciones por actos violentos, una cifra que pudiera aumentar en las próximas horas.
Desde Barcelona, donde firmó un Tratado de Amistad y Cooperación con España, Macron defendió la reforma de la jubilación, la cual calificó de “justa y responsable”.
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