Esta nueva ley, que se presentará al Parlamento en marzo próximo, busca continuar el esfuerzo financiero en defensa tras una LPM 2019-2025, con un presupuesto de 295 mil millones de euros, que puso fin a años de recortes presupuestarios en el Ejército, según declararon fuentes de la presidencia.
En esta ocasión el monto financiero podría superar los 400 mil millones de euros, de acuerdo con diversos analistas militares, teniendo en cuenta que el conflicto bélico en Ucrania sirve de justificación a gobiernos europeos para incrementar el gasto militar, por encima de cualquier otra consideración.
En ese sentido, Macron subrayó al presentar la última revisión estratégica nacional que la nueva LPM es para mantener a Francia como una potencia «respetada por su condición de Estado dotado de armas nucleares, motor de la autonomía estratégica europea, aliado ejemplar en el espacio euroatlántico, socio fiable y creíble», dijo.
La futura ley también tratará de adaptarse a los riesgos de grandes conflictos interestatales («de alta intensidad»), en un contexto geoestratégico cada vez más tenso, según expresó el Elíseo, buscando “disponer de ciclos de producción optimizados para responder a las necesidades de los ejércitos”.
El Ejecutivo «espera que la industria de defensa se comprometa en mayor medida» a reducir sus costes y los de mantenimiento de los equipos, que deberán producirse con mayor rapidez, aunque ello suponga ser menos sofisticados.
Deseoso de reforzar la «fuerza moral» de la nación, el jefe del Estado fijó finalmente el objetivo de duplicar el número de reservistas, actualmente 40 mil.
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