De acuerdo con el presidente Miguel Díaz-Canel, la cita, a efectuarse el martes en Buenos Aires, será una oportunidad para fortalecer ese “mecanismo de integración que tenemos el deber y la oportunidad de revitalizar”.
Al confirmar su asistencia al encuentro, el jefe de Estado expresó la aspiración de que “la unidad en la diversidad, un principio clave que compartimos, nos permita actuar como una sólida familia para promover y proyectar a la América Latina y el Caribe en la discusión de la agenda global”.
El compromiso permanente de Cuba con la Celac se manifiesta en su participación al más alto nivel en todas sus cumbres, y quedó evidenciado especialmente en el segundo de estos encuentros, celebrado en La Habana en 2014, al concluir su presidencia pro témpore.
La mayor isla de las Antillas consolidó en esa etapa su papel en la región y a nivel internacional, y propició el acercamiento de las naciones integrantes del bloque, así como los vínculos de sus miembros con China, con el establecimiento del foro con ese país asiático, en beneficio mutuo.
Un hito significó la aprobación de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, que constituye un referente en las relaciones entre los países de la región y de estos con el resto del mundo.
En esa oportunidad se rubricaron 30 documentos, entre ellos la Declaración Política de La Habana, el Plan de Acción de la Habana y 28 Declaraciones Especiales sobre diversos temas.
En todos los encuentros celebrados hasta el momento, la isla aportó propuestas concretas para la integración, y defendió a ese mecanismo como “nuestra obra más preciada”, como lo calificara Raúl Castro en diciembre de 2011, en la Cumbre fundacional de la Celac, celebrada en Venezuela.
Señaló Raúl Castro en esa ocasión: En términos estratégicos nos brindará el instrumento político requerido para aunar voluntades, respetar la diversidad, resolver diferencias, cooperar por el bien de nuestros pueblos y solidarizarnos los unos con los otros.
Desde esa fecha, la única asociación regional que cuenta con la membresía de los 33 países de América Latina y el Caribe se erigió como el mecanismo apropiado para buscar la unidad, teniendo en cuenta el respeto a la diversidad, sin injerencias extraregionales.
La llegada al poder de fuerzas progresistas en varios países de la región en los últimos años dio un nuevo impulso a la búsqueda de los objetivos fundacionales de la Celac.
Aún en medio de las consecuencias de la pandemia de la Covid-19, la crisis global, y las acciones injerencistas de Estados Unidos, el organismo comenzó un proceso de revitalización a partir de 2020, gracias a las acciones de México al frente del bloque.
Durante 2022, bajo la presidencia pro témpore de Argentina, la Celac continuó su avance en la consolidación y fortalecimiento de la Comunidad, y se logró retomar intervenciones en las Naciones Unidas sobre temas como el desarme nuclear, la descolonización y el bloqueo contra Cuba.
Demostró, asimismo, la posibilidad de impulsar el proceso de integración, en equilibrio entre la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural de los más de 600 millones de habitantes de América Latina y el Caribe.
La cita en Buenos Aires el martes constituirá otro momento histórico, marcado por el regreso de Brasil, tras el abandono de ese país del bloque en 2020, bajo la presidencia de Jair Bolsonaro.
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