Por iniciativa de los comunistas, el grupo integrado también por La Francia Insumisa y los partidos Socialista y Europa Ecología los Verdes abogó con su recurso porque “el pueblo tenga la palabra sobre una decisión crucial para su futuro».
La Nupes rechaza la reforma que impulsa el Gobierno y apoya a los sindicatos en su movilización para combatir el texto, el cual incluye elementos cuestionados como la extensión de la edad de retiro de 62 a 64 años, el aumento a 43 años del período de cotizaciones y la eliminación de regímenes especiales de pensiones.
De prosperar la moción, se suspendería la discusión del proyecto de reforma presentado ayer en el Consejo de Ministros, que comenzará el 6 de febrero su camino parlamentario en la Asamblea Nacional, en espera del resultado de la consulta.
Un centenar de diputados de las fuerzas participantes en la Nupes introdujeron la propuesta, a la que especialistas y medios de prensa otorgan escasa probabilidad de éxito, ya que necesita además el acompañamiento de la extrema derecha y los conservadores, estos últimos en general partidarios de la iniciativa gubernamental de transformar el sistema de jubilación.
El secretario nacional de los comunistas franceses, Fabien Roussel, acusó al ejecutivo de tomar la senda de la confrontación.
Debemos salir de esta crisis, por eso proponemos que sea el pueblo por la vía del referendo el que se pronuncie, señaló a la cadena CNews.
Al margen de las batallas políticas, los sindicatos trabajan coordinados contra la reforma y ya lograron reunir el jueves pasado a más de un millón de franceses en las calles, el doble según algunos gremios, con una nueva jornada de protestas y huelgas convocada para el 31 de enero.
Mientas el Gobierno asegura que la reforma es indispensable para evitar que se dispare aún más el déficit financiero en el ámbito de la jubilación, los detractores del proyecto niegan tal urgencia.
De acuerdo con las encuestas, hasta siete de cada 10 ciudadanos se oponen a la reforma.
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