Las antillanas, residentes en la oriental provincia de Santiago de Cuba y miembros del grupo infantil “La rama verde”, impresionaron con sus composiciones poéticas al jurado de esta IV edición del certamen, quienes consideraron que Hernández “tiene una sensibilidad especial para observar la naturaleza”.
En el caso de Palma, destacaron que supo “capturar hábilmente el instante fugaz de una escena dentro del aula escolar”.
Otros dos cubanos sobresalieron dentro de una muestra de 471 haikus en español y resultaron galardonados con premios especiales.
El embajador del país caribeño en Japón, Miguel Ángel Ramírez, recibió los reconocimientos a nombre de los homenajeados.
Ese concurso fue organizado por el Museo Memorial Kyoshi Tatsuko de Kamakura y patrocinado por el Instituto Cervantes de Tokio, Museo Miyagi San Juan Bautista y Museo Histórico Michinoku Date Masamune, junto a otras entidades.
Su objetivo es fortalecer la relación entre los hablantes de los idiomas japonés y español, precisa el texto de la convocatoria.
Asimismo, busca recordar el legado del samurái Hasekura Tsunenaga como uno de los primeros puentes de intercambio entre las culturas nipona y española.
A propósito, durante la ceremonia de premiaciones el jefe de la misión diplomática de España, Fidel Sendagorta, expresó su confianza en que la tradición se perpetúe y puedan celebrarla durante mucho tiempo.
El haiku es un tipo de poesía de origen japonés caracterizado por su breve extensión de apenas tres versos con un total de 17 sílabas.
Este género, surgido a finales del siglo XIX, posee un estilo sencillo y sutil basado en la contemplación de la naturaleza y escenas de la vida cotidiana.
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