La reconocida poeta, periodista, editora e intelectual deja hoy como legado un caudal de piezas, por las cuales mereció importantes galardones en la isla, al tiempo que impulsó el desarrollo de publicaciones relevantes del acontecer cultural.
A 61 años de ver la luz en la oriental provincia de Santiago de Cuba, la Licenciada en Filosofía por la Universidad de La Habana regresa al camino iridiscente y deja como herencia su poética, esa por la cual alcanzó un puesto privilegiado en la llamada generación de los 80 (1980).
«Entre sus poemarios más reconocidos figuran El libro de Estefanía, El vino del error, Yo no quería ser reina y Las altas horas, apunta un comunicado del Instituto Cubano del Libro, al tiempo que enaltece su prolífica trayectoria como editora y promotora desde las revistas Cúpulas, Sic, El Caimán Barbudo y La Jiribilla.
Fungió además, como directora del Centro Provincial del Libro y la Literatura en Santiago de Cuba y de Ediciones Santiago, en tanto dedicó sus esfuerzos a difundir la literaria cubana a través de la Fundación Caguayo y el Festival Internacional Poetas del Caribe.
La editorial Oriente constituyó la última parada de su bregar por las letras de la mayor de las Antillas, donde cosechó lauros como el Nicolás Guillén de poesía, La Puerta de Papel y el de la Crítica Literaria, así como la Distinción por la Cultura Nacional.
Integrante de la vanguardia creativa de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y Miembro de Honor de la Asociación Hermanos Saíz, Melo sobresalió por su gran sensibilidad, proyección humanista y «por su valentía para defender las mejores causas y por su irrenunciable vocación de servicio a su Revolución y a su pueblo».
La cita para el adiós definitivo a la poeta acontece hasta las 11:00 hora local en la Casa del Caribe de Santiago de Cuba, tierra que la vio nacer y acogerá en su reposo eterno.
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