A través de su cuenta en Twitter, el mandatario resaltó que esta es una jornada doblemente honrosa para la historia cubana, pues también conmemora el reclutamiento de 100 mil jóvenes como maestros voluntarios en respuesta al asesinato del educador Conrado Benítez.
En la misma red social, el primer ministro, Manuel Marrero, señaló que la expulsión de la Cuba de la OEA «fue una de las tantas acciones, bajo el dictado del gobierno de Estados Unidos, contra la naciente Revolución cubana».
Marrero compartió en otro mensaje las palabras del líder de la Revolución cubana, Raúl Castro, quien expresó el 4 de junio del 2016 «que la OEA, desde su fundación, fue, es y será un instrumento de dominación imperialista y que ninguna reforma podrá cambiar su naturaleza ni su historia. Por eso, Cuba jamás regresará a la OEA”.
Cuba fue expulsada de la OEA durante la Octava Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de ese organismo, que tuvo por escenario el balneario uruguayo de Punta del Este.
En esa reunión, el entonces presidente, Osvaldo Dorticós, afirmó: “Si lo que se pretende es que Cuba se someta a las determinaciones de un país poderoso, en una palabra, se intenta esclavizar a un país que ha conquistado su libertad total después de siglo y medio de sacrificios, sépase de una vez: Cuba no capitulará”.
Como respuesta a ese acuerdo de la OEA, el 4 de febrero de 1962 más de un millón de cubanos, reunidos en la capitalina plaza de la Revolución José Martí, aprobaron la Segunda Declaración de La Habana, que ratificó el carácter antiimperialista del proceso de cambios iniciado en la isla el 1 de enero de 1959.
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