En declaraciones a Prensa Latina Carricarte explicó que en primer lugar pretenden conectarse de manera más efectiva con el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social, y con las estrategias de desarrollo sectorial y de diversificación de exportaciones.
La CCC, afirmó, intenta emplear con efectividad y eficacia los recursos instrumentos que tiene a disposición de sus asociados en la promoción de la inversión extranjera ya sea en misiones, ferias y eventos realizados en Cuba o en el extranjero. Para ello requiere un trabajo pretérito que posibilite los resultados favorables para la economía del país.
Todas las acciones de la Cámara, subrayó, deben tener un impacto positivo y hacia allá van las transformaciones. Entre ellas, la conformación de grupos -o clúster- que posibiliten identificar, en los diferentes sectores, los intereses e insuficiencias existentes.
Recordó que la CCC es una plataforma y en ella se pueden visibilizar los principales problemas y objetivos para aunar a instituciones y autoridades, una forma de lograr el funcionamiento de la cadena.
En ese sentido, los servicios de la Cámara se agrupan en programas cuyos objetivos son apoyar con más efectividad al empresariado cubano en la internacionalización, cadenas de valor, competitividades para concretar exportaciones, y en aquellos referidos a la transformación digital.
Sobre este particular resaltó la necesidad de la transformación digital del país, un fenómeno en ascenso pues crece el uso de esas vías para el acceso al mercado internacional, lo cual hoy constituye una necesidad para hablar de competencias, y si el empresariado no utiliza esas formas se les dificultará la inserción internacional.
Otra de las aristas del trabajo cameral está centrada en la creación de riquezas en los territorios, con esa finalidad se despliegan acciones que tengan una expresión en el vínculo con la estrategia de desarrollo territorial.
En todas las provincias, continuó, se creó una sección de la CCC con las expectativas de alcanzar un impacto, sobretodo, hacia los productores encargados de cumplir las competencias y certificaciones necesarias para avanzar en sus objetivos de exportación.
La CCC, recordó, es una asociación voluntaria de empresarios quienes disfrutan de iguales beneficios tanto los tradicionales como los actores privados, aunque quizás estos últimos requieran mayor apoyo hacia la arena internacional y en ese sentido también se incorporan acciones de apoyo.
Con la nueva forma organizativa sectorial, amplió, el empresariado privado podrá descubrir sistemas que los encadenen u obstaculicen el encadenamiento, eso dará buenos resultados, destacó Carricarte.
La intención es crear las condiciones para que los interesados en incorporarse a la Cámara cuenten con espacio, pero que, además, sea con el objetivo fortalecer la capacidad digital de la entidad, pues hoy existen más de seis mil micro, pequeñas y mediana empresas –mipymes- de las cuales solo unas 100 trabajan con la CCC.
Sobre el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba también impacta en la CCC, y una de sus limitaciones se aprecia en el tema bancario, y otra como el uso de plataformas dominadas por empresas norteamericanas.
«Pero siendo el bloque el principal obstáculo al desarrollo del país, hay que superar esa expresión y trabajar, sobretodo, con aquellos empresarios que han demostrado que aun en esas condiciones han trabajado y avanzado y hay que extender esas buenas prácticas», apostilló.
Buscar derroteros y alternativas para seguir adelante, con o sin bloqueo, concluyó.
A propósito del 60 aniversario de la Cámara de Comercio en la jornada de hoy se realizó la cancelación de un sello postal, para ello se seleccionó la emisión titulada 50 aniversario de la CCC expedida el 31 de enero de 2013, con diseño de Ricardo Monnar
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