Las sedes diplomáticas de Suecia, Alemania, Países Bajos, Reino Unido y Francia, enclavadas en esa urbe, cerraron de forma provisional por posible riesgo de ataques en medio de tensiones originadas por la quema de ejemplares del Corán en algunas naciones europeas.
Ante esa oleada de cierres consulares, el ministro del Interior turco, Suleyman Soylu, criticó las medidas y alertó de que se trata de una “guerra psicológica” lanzada contra su país después de que Estados Unidos advirtiera de la amenaza de posibles ataques terroristas.
A mediados de enero, un ultranacionalista sueco-danés quemó un ejemplar del Corán frente a la Embajada de Suecia en Estocolmo en el marco de una serie de manifestaciones contra la adhesión de esa nación a la OTAN, hasta ahora vetada por Türkiye y Hungría.
Hechos similares se produjeron también en Dinamarca y Países Bajos, mientras Ankara abrió una investigación aún en curso.
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