La víspera, la Intersindical, que aglutina a los ocho principales gremios, anunció una quinta jornada de manifestaciones y paros para el 16 de febrero en su lucha contra el proyecto gubernamental, sin embargo, sus alertas de que irá más allá si el Ejecutivo no cede, parecen tomar forma.
Según el canal BFM TV y la cadena Franceinfo, el sábado, tras la cuarta jornada nacional de protestas, pudiera producirse el llamado a una huelga total, comenzando el 7 de marzo y con asambleas generales diarias para definir la continuación o no de esa medida de extrema presión.
La fecha para paralizar al país respondería a una combinación de elementos, entre ellos el fin de las vacaciones escolares el 6 de marzo y las discusiones en comisión mixta parlamentaria (diputados y senadores) de la reforma a partir del 4 de marzo, si el texto no fuese adoptado antes.
En el centro del pulso social y político imperante en Francia está el rechazo al proyecto que incluye la extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años, el aumento del período de cotizaciones a 43 años y la eliminación de algunos regímenes especiales de jubilación.
Además del repudio unánime de los sindicatos, se oponen a la iniciativa los partidos de izquierda y la extrema derecha y siete de cada 10 ciudadanos, de acuerdo con las encuestas divulgadas en las últimas semanas por Elabe y el Instituto Francés de Opinión Pública.
El 19 y el 31 de enero y el 7 de febrero los gremios protagonizaron multitudinarias marchas, con una participación estimada en alrededor de dos millones de personas o más, con nuevas jornadas ya previstas el 11 y el 16 de febrero.
El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, quien presentó el lunes el proyecto para reformar la jubilación en la Asamblea Nacional, afirmó que el Gobierno recibió el mensaje de los detractores expresado en las calles, sin embargo, insistió en la urgencia de establecer los cambios.
Para el Ejecutivo, la reforma es indispensable ante el déficit financiero que acumula el actual sistema, por lo que espera ahorrar unos 18 mil millones de euros de cara al 2030.
Ante la ausencia de señales de que el Gobierno cederá, la Intersindical adelantó la posibilidad de recrudecer sus acciones, con la huelga general como una opción probable.
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