El mandatario, junto a su esposa Asma Al-Assad, visitaron el hospital docente donde se atiende al mayor número de lesionados, y conversó con los familiares de las víctimas y con el personal médico.
Asimismo, estuvo al tanto de las labores de rescate en el barrio al-Mashareqa en la ciudad de Alepo, donde equipos nacionales y de otros países trabajan para retirar los escombros, rescatar a posibles sobrevivientes y retirar los cuerpos de las víctimas.
En declaraciones a los periodistas, el gobernante dijo que el Estado destinará todas sus capacidades disponibles para reconstruir lo destruido por el terremoto y para ayudar a los afectados.
El Gobierno sirio declaró hoy las provincias de Alepo, Latakia, Idlib y Hama como zonas de catástrofe, mientras el ministro de Salud, Hassan Al-Ghobash, confirmó que la cifra de muertos por este fenómeno natural aumentó a mil 347 y los heridos a dos mil 295.
Se suma a esta cifra más de mil 400 fallecidos y tres mil 500 lesionados confirmados por los equipos de rescate en las zonas fuera de control del gobierno, en particular las áreas rurales de las provincias de Idlib y Alepo, fronterizas con Türkiye.
A su vez, el ministro de Administración Municipal y jefe del Comité de Socorro, Hussein Makhlouf, reveló que 294 mil personas quedaron sin hogar y ahora se encuentran en más de una veintena de centros de acogida establecidos en escuelas, mezquitas, iglesias y salas de deporte.
Ante el llamado del gobierno sirio, más de 40 aviones cargados con ayuda humanitaria y rescatistas, llegaron al país procedentes de 13 países.
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