En declaraciones a Prensa Latina, recordó Molina que más de 640 chilenos egresaron de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), creada después del paso de los huracanes George y Mitch por Centroamérica y el Caribe, en 1998.
“Nuestra organización surgió en 1999 con el primer grupo de estudiantes que fueron becados y durante todos estos años hemos venido trabajando por la solidaridad con Cuba”, afirmó.
Se refirió a la campaña desarrollada aquí a favor del otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a la brigada médica Henry Reeve, durante la cual se desplegaron por todo el país para difundir los logros de la Revolución.
En fecha más reciente, cuando la pandemia de la Covid-19 se extendió por todo el mundo, impulsamos junto al movimiento de solidaridad, residentes cubanos y organizaciones sociales, el envío de insumos a la isla y logramos reunir un millón 900 mil jeringuillas para la vacunación, dijo.
Molina destacó la contribución de médicos graduados en la isla a la recaudación de fondos, medicamentos y materiales destinados a hospitales de la nación caribeña.
A fines de enero, y a petición de los grupos y colectivos de solidaridad, los ministerios de Relaciones Exteriores y de Salud gestionaron un donativo de materiales e insumos médicos destinados a los afectados por el accidente en la base de supertanqueros de Matanzas, explicó.
La integrante de la Asociación de Padres de Graduados de la ELAM condenó el cerco que por más de 60 años mantiene Estados Unidos contra Cuba.
“El bloqueo es una acción inhumana, que agrede a la población y limita sus posibilidades de acceder a bienes materiales, y en ese sentido es un gran atropello a los derechos humanos”, denunció.
A pesar de esa injusta política, apuntó, el pueblo cubano se fortaleció y ha sabido mantener su Revolución.
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