En declaraciones a Prensa Latina, el también autor de ¿De dónde flores, si no hay jardín?, explicó que esa propuesta literaria cuenta, desde hechos reales y testimonios de familiares y amigos, la vida del maestro Leandro Díaz, creador de algunas de las más reconocidas composiciones de ese género.
Sánchez Baute, hacedor de otros títulos como Líbranos del bien y ¿Sex o no sex?, disertará sobre los orígenes de la música vallenata o música de acordeones, la cual, “en el contexto del folclore nacional, es la de mayor relieve durante los últimos 150 años”.
De igual manera, presentará su ópera prima Al diablo la maldita primavera, merecedora del Premio Nacional de Novela en 2002, que refiere la aventura de Edwin Rodríguez en su sueño por convertirse en la “drag queen” más famosa de Colombia.
Sobre el protagonismo de su país en la feria, el escritor señaló la consolidación de los lazos entre Bogotá y La Habana, particularmente, durante los ocho años de gobierno de Juan Manuel Santos, si bien bajo la presidencia de Iván Duque, la relación “fue por momentos tensa y ambivalente”.
“Con Gustavo Petro el trato entre ambos resulta cercano, como corresponde a dos países que comparten no solo un mismo mar, sino también, en muchos aspectos, una historia conjunta. Es una oportunidad para dar a conocer el trabajo literario de las generaciones post-García Márquez”, refirió.
¿Cómo su condición de periodista y escritor le ha permitido el reflejo de su cotidianidad?
“Estos últimos 20 años, mis intereses intelectuales y políticos pasaron de la preocupación personal por mi identidad sexual a la investigación y el involucramiento con el conflicto nacional y otros temas de actualidad.
Durante 17 años mantuve una columna semanal de opinión en diarios nacionales como El Espectador; o regionales, como El Heraldo; y en la versión digital de la revista de mayor circulación en Colombia en ese momento, Semana.
De modo que ha sido el periodismo, precisamente, lo que más me ayudó a consolidar este profundo cambio, que se refleja, precisamente, en mi propia cotidianidad y en la de mi país”.
En este sentido, Sánchez Baute afirmó que el conjunto de su obra es muy variado, pues nunca le interesó el abordaje de un solo tema, de ahí que, sus novelas, crónicas, relatos y ensayos tratan sobre la búsqueda del amor, identidad sexual y conflicto nacional.
Otros asuntos descritos en sus textos resultan “los protagonistas de la música de mi pueblo, Valledupar; el odio y sus formas de expresarse y el respeto por los animales. Y todos están contados desde la herencia más fuerte de mi entorno y mi identidad: la oralidad”.
Aunque la diversidad representa un sello distintivo de su acervo literario, a todos sus materiales los une el mismo lazo: la imperiosa necesidad de darle voz al otro, al silenciado.
“Bien sea por razones de orientación sexual o del conflicto interno, como por discapacidad física, en el caso de Leandro, que nació ciego; o, simplemente, porque se trata de un animal, en este caso una perra, Humilda, que fue mi mascota durante catorce años”, añadió.
Entre sus trabajos más emblemáticos está la columna De rumba con loncho, en el diario El Espectador, labor que le abrió las puertas a la profesión periodística y le permitió mapear la noche bogotana durante casi tres años, para describir a los lectores cómo era la rumba, fiesta y parranda.
Fue en esa época, cuando el intelectual de la nación suramericana, autor además de Parábola del salmón y Las formas del odio, incorporó la disciplina de la escritura.
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