¿Cómo se dio a conocer la famosa claqueta, cuánto tiempo de duración tuvo la película más larga o la más corta, por qué acuñar este arte con el número siete?
Son interrogantes que salen a la luz cuando nos detenemos en la historia de este innovador impulso de Auguste Marie Louis Nicolas y Louis Jean, los hermanos Lumière, primeros en rodar las escenas de uno de los inventos más originales y preferidos por millones de personas.
Este recorrido por el cine, que festeja su Día Mundial, comenzó a escribirse en 1895 y los Lumière soltaron el rollo de triacetato de celulosa -material fundamental encontrado en la mayoría de colecciones fílmicas- con la obra La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon Monplaisir (Salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir).
Con solo 46 segundos de duración, la intención fue proyectar en una sala ese tipo de producción con el fin de entretener.
Según los archivos, no era la primera vez que se filmaba la realidad en movimiento, con un buen número de brevísimas filmaciones experimentales hechas por inventores precedentes a los ingeniosos parientes.
Aquellos soportes eran muy primitivos y no acababan de cuajar, pero La salida de la fábrica de los Lumière representa el auténtico punto de salida de lo que puede llamarse en sí cine, tal como se lo conoce en estos momentos: en soporte celuloide y fotograma, tras fotograma, idea pensada para un público mayoritario.
El Séptimo Arte no fue su nombre originario, sino que adquiere ese estatus artístico con la proyección oficial de la película de los hermanos, el 28 de diciembre de 1895, sin embargo, el término fue acuñado en 1911 por el poeta italiano Riccioto Canudo.
Con su Manifiesto de las siete artes, Canudo definió esta industria como una destreza, pero plástica, en movimiento, integrada así junto a la arquitectura, la escultura, la pintura, la música, la poesía y literatura, y la danza.
La cinemateca rompió récord con la película más larga: The Cure for Insomnia (La cura contra el insomnio), de 1986, cuya duración sobrepasó los tres días y 15 horas, es decir, cinco mil 220 minutos.
Si de narraciones pasadas se trata, en los anales de la historia contamos con la famosa claqueta.
Ese icónico elemento era desconocido por muchos y se remonta a Frank W. Thring (1926-1994), un cineasta australiano que, en su búsqueda de una herramienta funcional dio vida a la claqueta, con el característico sonido «clac», encontró dicho dispositivo en el cual se anotaban los datos del filme, como el número de escena, plano o la toma a rodar.
Los primeros galardones del cine también cuentan su rutina y es que, con la creación de los Oscar se dio inicio al reconocimiento a filmes y artistas de la industria, y la primera gala se efectuó el 16 de mayo de 1929 en el Hollywood Roosevelt Hotel, de Los Ángeles, Estados Unidos.
A las puertas ya de una nueva entrega del nonagenario lauro, -12 de marzo- cada vez más la tecnología le da mayor valor agregado a la industria; lo que hace 95 años era solo cine mudo, hoy la ceremonia, como cualquier otra, se puede presenciar desde la comodidad del hogar.
Basta un minúsculo botón en un dispositivo móvil, también en miniatura y ¡clac! La alfombra roja y hasta las Palomitas de maíz, las ponemos nosotros en casa.
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