

El embrujo de la tropa de Carlos Alberto (Tin) Cremata atrapa lo mismo a nietos, hijos, padres, estrellas de la música y el deporte, que a embajadores o presidentes que han sido parte de su público y fanaticada durante años.
No importa cual sea el espectáculo, La Cucarachita Martina, La Cenicienta según los Beatles, Ajiaco de sueños u otro, la magia se repite, la sonrisa aflora y la euforia se desata entre los espectadores con los acordes del Pícaro pilluelo.
La agrupación saca lo mejor de la gente, no solo de sus miembros; mientras sus niños actúan, entre el público desaparecen los problemas, las frustraciones.
El próximo 14 de febrero, La Colmenita cumplirá 33 años con la alegría de hacer feliz a los cubanos y no hay mejor regalo que ese.
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