En conversación con Prensa Latina comentó que el colectivo de esta central provincia es el que suma más años desentrañando el mundo subterráneo, fundado el 23 de diciembre de 1952 por Manuel Romero Falcó, quien lo bautizó con el nombre del sitio Samá de Banes, Oriente.
Para Olmo, están presentes las más de 300 incursiones en busca de tesoros naturales, y de la presencia de la comunidad indígena en la isla, así como rescatar huellas de la presencia de los conquistadores en las villas patrimoniales.
Explicó que en más de 70 años los estudios realizados por Samá se extienden a diversas provincias e incluyen otras actividades relacionadas con el apoyo a las autoridades en caso de desastres naturales.
Como una hazaña calificó la incursión a la Furnia del Infierno en el Escambray y descender -en 1969- a la caverna de Martín Infierno, a 650 metros sobre el nivel del mar y descubrió la estalagmita más grande del mundo con 67,2 metros de altura, declarada Monumento Nacional.
Al hablar de las riquezas ocultas en lugares sin explorar precisa que en el norte espirituano, el Parque Nacional Caguanes es un área protegida de más de 20 mil hectáreas en tierra firme y marinas, donde sobresale la biodiversidad y una extraordinaria riqueza en sus cavernas.
Recientemente Prensa Latina visitó la Cueva Ramos donde el geógrafo, espeleólogo y arqueólogo Antonio Núñez, descubriera en 1958 los murales pictográficos que atesora dibujos rupestres, realizados por comunidades aborígenes.
Parte de la bahía de Buenavista es el archipiélago Cayos de Piedra con una morfología única en Cuba, pequeñas islas con cúpulas cársicas y un gran desarrollo desde el punto de vista espeleológico. Suman más de 150 espeluncas entre solapas, cuevas y cavernas.
La Chucha, en la zona de Mayajigua, es la cueva de calor más grande que se conoce en el país, al registrar en su interior cerca de 40 grados y la humedad relativa por el ciento por ciento.
El presidente de Samá, próximo a cumplir medio siglo escrudiñando la naturaleza, relaciona que los estudios del grupo ayudan a resolver incógnitas y problemas en los campos científico, económico y militar.
En el historial de Samá se reúnen unas 810 espeluncas descubiertas, exploradas o estudiadas, más de la mitad de ellas en esta provincia y el resto en otros cinco territorios, fundamentalmente en Cienfuegos y Villa Clara.
Cada incursión, dice, es una nueva aventura de sacrificio, tomando tiempos del descanso y desafiando los peligros que entraña irrumpir en lo desconocido, añadió Olmo.
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