Es indignante que el embajador de Estados Unidos permita acusaciones infundadas y falsas contra Hungría frente al público en general en la ONU, afirmó Mate Paczolay, portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores y Relaciones Económicas Exteriores.
Según la publicación en línea Index, a fines de la semana pasada se llevó a cabo una reunión de alto nivel en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York para discutir los esfuerzos globales dirigidos a combatir el antisemitismo.
La discusión fue dirigida por Thomas-Greenfield, quien, al hablar de las payasadas antisemitas en varios países, incluido Estados Unidos, mencionó a Hungría, donde supuestamente se profanó un monumento al Holocausto y donde las autoridades no reaccionaron ante esto.
Más tarde se supo que el incidente no se refería a esta nación, sino a Suecia, donde los vándalos profanaron un monumento al diplomático Raoul Wallenberg, quien salvó a los judíos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
En la reunión en la ONU, la delegación húngara no tuvo la palabra y no pudo refutar las afirmaciones de Thomas-Greenfield.
De acuerdo con Paczolay, más tarde los estadounidenses a puerta cerrada admitieron su error, pero no se disculparon públicamente y simplemente borraron la mención de Hungría de la transcripción oficial de la reunión.
El diario señaló que este no es el primer escándalo diplomático entre los dos países en los últimos tiempos.
Recientemente, el embajador estadounidense en Budapest, David Pressman, criticó públicamente la actuación de las autoridades húngaras, tras lo cual el canciller Peter Szijjártó se vio obligado a recordar al diplomático que su trabajo es mejorar las relaciones bilaterales, y no enseñar a otras personas cómo vivir.
mem/amp