En su informe anual señaló que “la producción total de electricidad está en su nivel más bajo desde 1992, debido a la baja producción nuclear e hidráulica”, sólo el 62,7 por ciento de la electricidad procedió de la energía nuclear el año pasado, lo que significó en términos absolutos una producción nuclear equivalente a la de 1988.
La empresa estatal EDF, responsable de las plantas nucleares francesas, tuvo que hacer frente en 2022a un problema extendido de corrosión en tuberías cruciales para la seguridad de las centrales, acometiendo una vasta campaña de inspección y reparación que retrasó aún más un programa de mantenimiento ya afectado por la pandemia de Covid-19.
La mitad de los 56 reactores existentes tuvieron que parar a veces al mismo tiempo, con una tasa de disponibilidad del 54 por ciento a lo largo de todo el año, frente a una media del 73 por ciento en el periodo 2015-2019, según aclaró RTE en su informe.
Estos problemas técnicos vinieron a sumarse a unas «condiciones climáticas excepcionalmente cálidas y secas», lo que llevó a un descenso de la producción hidroeléctrica en las presas, que acusó una bajada del 20 por ciento con respecto a la media observada entre 2014 y 2019.
RTE señaló que gracias a las importaciones, la vuelta al funcionamiento de buena parte del parque nuclear y la importante moderación en el consumo llevada a cabo por particulares y empresas durante el invierno, permitió evitar los cortes de luz.
Como resultado de ello, Francia se convirtió en importador neto de electricidad en 2022 por primera vez desde 1980, según RTE, pero a diferencia de otros países europeos el país no recurrió masivamente al carbón, que sólo representó el 0,6 por ciento de la producción eléctrica.
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