El volumen, impreso por el ente librero Ciencias Sociales en segunda edición (como la primera, en 2007, también coincidente ese año con la Feria Internacional del Libro), describe la carrera de aquellos emigrantes inescrupulosos que “se convirtieron en millonarios”.
“Con un análisis profundo sobre el terreno y un estilo peculiar –expresa una nota de la editorial- el autor nos presenta ese mundo de Miami Dade adonde la droga y la corrupción devienen pandemia que corroe esa sociedad dirigida por delincuentes de cuello blanco, que hacen de la política un negocio lucrativo”.
Los impresores del texto recuerdan cómo este experto en política internacional de varios medios insulares extrae los argumentos del texto desde “largas horas en bibliotecas estadounidenses” y «entrevistas a personas exiliadas, algunos de ellas protagonistas de aquella parafernalia.
Relata el periodista que dichos encuestados «estuvieron de acuerdo en hablar sobre casos de drogas, de corrupción y lavado de dinero de los cuales ellos tenían conocimiento, con el objetivo de que me permitieran obtener datos, fechas y nombres de publicaciones para la búsqueda posterior de documentos».
“Consultando diarios e indagando en archivos de las Cortes Civil y Penal de Miami, el autor destapa cómo una gran parte de las fortunas de muchos cubanoamericanos, que se convirtieron de la noche a la mañana en millonarios, fueron creadas por el apoyo monetario de las administraciones estadounidenses”.
Otro aporte que deviene fuente adicional de la investigación llevada al libro es el propio autor del prólogo, el Héroe de la República de Cuba y testigo excepcional de estos hechos Gerardo Hernández Nordelo, cuyas valoraciones le conceden fuerza especial a las tesis del escritor.
“Desconocía, sin embargo –dice el expreso político en cárceles estadounidenses al recordar el momento en que López Blanch le encargó la encomienda- que habíamos tenido el raro privilegio de compartir en prisión con algunos de los más famosos personajes que menciona en su libro, presentado en la capitalina Casa del ALBA.
“Augusto Willy Falcón y Salvador Magluta, por ejemplo –recuerda el ex doble agente- se ganaron un lugar entre los más grandes narcotraficantes de la historia de Estados Unidos. Se calcula que ganaron alrededor de dos billones de dólares importando unas 78 toneladas de cocaína”.
El texto de López Blanch no olvida tampoco a un sector ajeno a las formulaciones de su investigación, aunque situado en otro extremo, pues se trata –asegura- de “un grupo pequeño, comparado con el resto de la inmigración que se convirtió en personas poderosas económica y políticamente por métodos diversos y variados”.
López Blanch alude al respecto a una parte de la emigración, constituida por “la mayoría de los cubanoamericanos llegados a Estados Unidos procedentes de la isla», que -aclara- «han tenido que trabajar muy duro para lograr el sustento diario y para adaptarse al sistema de ese país”.
“Este es el primer libro que se escribe en ese sentido”, advierte en sus “Conclusiones» el autor, la mayoría de cuya decena de volúmenes nace de misiones permanentes y temporales en tierras latinoamericanas y africanas, y de viajes de perfil investigativo a Estados Unidos.
Y se apresura a añadir: «…Y creo que no se han hecho otros por la poca información, lo dispersa que se encuentra y el temor a hablar sobre esos asuntos, aunque con el tiempo estas investigaciones se irán ampliando y se podrá tener un mayor conocimiento público al respecto. El tiempo dirá la última palabra”.
Los demás títulos del autor describen otras temáticas de su ya extenso andar por el mundo y sus conflictos, en especial los vinculados con su patria, como la Emigración cubana en Estados Unidos; Descorriendo mamparas; y Bendición cubana en tierras sudafricanas.
La parrilla librera del periodista está también integrada por Historias secretas de médicos cubanos en África; Las mascotas de la guerra; El mago que cayó del cielo; Cuba pequeño gigante contra el apartheid; y SWAPO, un león contra el apartheid.
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