El Negro Veras como se le conoce, se refirió en un artículo al cual tuvo acceso Prensa Latina, al Manifiesto de Montecristi, firmado por José Martí y Máximo Gómez, del cual dijo constituye la viva expresión de la voluntad de dos pueblos por materializar su hermandad, solidaridad y el hoy llamado internacionalismo.
Asimismo, escribió que en todo el curso de la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo, «el territorio cubano fue el principal escenario escogido por diferentes adversarios del tirano, para sus actividades políticas y de carácter militar”.
Mencionó el primer intento de expedición revolucionaria contra la dictadura de Trujillo desde Cuba, el cual tuvo lugar por el Puerto del Mariel, en La Habana, donde se entrenaba un destacamento de combatientes decididos a luchar, y la expedición de Cayo Confites en 1947.
Esta última, precisó, contó con la participación del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, quien estuvo identificado siempre con la causa por la libertad del pueblo dominicano.
Agrega el jurista que una vez triunfó la Revolución, Fidel, sin pérdida de tiempo, ejecutó acciones en procura de desplazar del poder a la sangrienta tiranía trujillista y «está el caso de la Gesta Gloriosa de Junio de 1959, en la cual estuvo enrolado por orden del Comandante en Jefe, el destacado guerrillero Delio Gómez Ochoa».
Posteriormente, explicó en su escrito el también comunicador, se produjo la llegada del coronel Francisco Alberto Caamaño, a la nación caribeña, convertido más adelante en el comandante Román.
Caamaño, luego de su determinación de venir a su país a luchar junto a su pueblo y enfrentar por medio de las armas el despotismo de Joaquín Balaguer, contó con la logística y lo que necesitaba para llevar a feliz término su misión de parte de parte de los dirigentes de la isla y el total apoyo de la Revolución Cubana.
Finalmente, Veras apuntó: llegará el día cuando el pueblo dominicano va a tener la libertad de pensar sin condicionamiento ideológico alguno, y será en esa ocasión que se va a saber valorar la solidaridad de los compatriotas de Martí para con los connacionales de Duarte y Gómez.
La docilidad ante el imperio, de los gobiernos, combinada con la hipocresía y cobardía de muchos de nuestros compatriotas ilustrados, han contribuido para que el pueblo dominicano no conozca la espontánea y sincera colaboración, en distintos períodos de la vida política y social, entre cubanos y dominicanos, concluyó.
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