Aunque la ceremonia de apertura del foro tuvo lugar ayer, los debates y mesas redondas comenzaron el martes, donde se recogieron numerosas aportaciones que se irán sumando a la abundante documentación preparada para las sesiones de trabajo de la conferencia.
El objetivo de este encuentro es perfilar una forma de regulación de Internet que “aproveche al máximo las magníficas oportunidades que brinda la red, pero mitigando sus riesgos y, eventualmente, articulando la vía judicial para cuando se produzcan daños”, explicó Canela.
Para ello “lo más urgente es producir herramientas, realizando las consultas necesarias e integrando a todas las partes interesadas, que permitan regular un fenómeno que ya está en curso”, un objetivo sobre el que el responsable de la Unesco considera que hay consenso, “pero no en la forma de llevarlo a cabo, y de ahí la importancia de una conferencia como esta”, aclaró.
“Hay una idea en la que todos estamos de acuerdo y es que todo lo que significa Internet, que va desde las plataformas hasta su estructura y otras muchas cuestiones, ha sido la mayor revolución que se ha dado para la libertad de expresión desde el invento de la imprenta por (Johannes) Gutenberg”, explicó.
En opinión de Canela esta revolución ha sido positiva, pues gracias a ella “hay muchas más voces distintas que pueden hablar en este espacio, y eso no solo beneficia a la libertad de expresión sino también a muchos otros campos de los derechos humanos, desde la educación hasta la lucha contra el cambio climático, entre otras”, dijo.
Pero al mismo tiempo este canal también impactó de forma negativa en la agenda de los derechos humanos, y para tratar de evitar estos problemas el experto abogó por “generar una normativa que siga estimulando los beneficios de este ecosistema digital pero que al mismo tiempo logré mitigar los riesgos”, señaló.
Y también, “si los daños provocados vulneran la legislación internacional en materia de derechos humanos, que haya un proceso de procuración de justicia para que no haya impunidad para los responsables”, añadió.
Uno de los principales aspectos del debate es definir cómo será ese futuro organismo regulador y qué funciones tendrá, pues según explicó Canela las directrices de la conferencia ni siquiera esbozan una forma concreta, sino que podría ser distinto en cada país o podrían ser varios, no uno solo.
“Lo que sí dice la Unesco es que el regulador o los reguladores que intervengan en el espacio digital deberán estar en línea con los estándares internacionales de derechos humanos, y tendrán que ser independientes del poder político y del poder económico, este es el desafío institucional”, aclaró.
Canela, quien además es jefe de la Sección de libertad de expresión y seguridad de los periodistas de la Unesco, insistió en el aspecto de la independencia de este organismo y en el compromiso de crear salvaguardias y directrices precisas que eviten un proceder arbitrario por parte del mismo.
“En este momento la idea es producir guías muy prácticas y concretas, pues sabemos que ya hay muchos parlamentos en el mundo que están discutiendo legislación sobre esta cuestión, que estén alineadas con el sistema internacional de derechos humanos y que ayuden a los países a producir mejor legislación”, explicó.
En ese sentido añadió que “si en el futuro los países miembros de Naciones Unidas deciden utilizar estas herramientas para avanzar en otra legislación de ámbito internacional, eso ya se verá más adelante, pero en este momento esa no es una cuestión del debate”, finalizó.
mem/acm