La convocatoria responde al llamado de los ocho principales sindicatos del país, agrupados en la Intersindical, a paralizar el país a partir del 7 de marzo ante la negativa del Gobierno a renunciar al proyecto, que incluye la extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años.
Desde ya se vaticina una jornada crítica en la circulación de trenes regionales, nacionales e internacionales, el primer sector en asumir el anunciado paro.
La intersindical movilizó a millones de personas en las calles el 19 y el 31 de enero y el 7, el 11 y el 16 de febrero, y advirtió que escalará en sus acciones, en particular paralizando a Francia, si el Ejecutivo insiste en su reforma.
El ministro de Trabajo Olivier Dussopt descartó ayer la marcha atrás en la intención de reformar el sistema de retiro, alegando que resulta indispensable para evitar un déficit financiero insostenible.
Mañana el proyecto gubernamental llegará al Senado para su discusión, después de que su paso por la Asamblea Nacional terminase sin un voto del texto, ante las maniobras de la oposición, sobre todo por las miles de enmiendas introducidas.
En la Cámara Alta el contexto es otro, porque en ella dominan los conservadores (partido Los Republicanos), quienes parecen dispuestos a acompañar al oficialismo, si este realiza algunos cambios en la iniciativa.
La primera ministra Elisabeth Borne mostró hoy disposición a “encontrar un camino” en el Senado, donde la oposición de izquierda insistirá en su rechazo.
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