Norma González, responsable de la calidad del taller ubicado en la villa de Trinidad, confirmó a la prensa que se elaboran unas mil piezas por jornada, las cuales se confeccionan a partir de ficha técnica que incluyen los moldes y las tallas.
En el caso de estas piezas el acabado es esencial para que la bata tenga presencia; la de las mujeres, por ejemplo, lleva unas alforzas que requieren de mucha destreza de la costurera, explica.
Explicó que con respaldo de materia prima, la producción en serie de estas piezas asegura el cumplimiento de la norma diaria, para satisfacer los diferentes pedidos, exige de un engranaje casi perfecto de toda la cadena productiva.
Se conoció que en esta unidad se produjeron además más de 12 mil prendas de los uniformes escolares que fueron ofertados a inicios del curso en el territorio espirituano.
Belkis Cuéllar, administradora de la fábrica, destacó el aporte de todos sus obreros que durante casi dos años de pandemia no se interrumpió la producción y se elaboraron las mascarillas y los trajes que fueron utilizados por el personal sanitario en Zona Roja.
En Trinidad se brinda principal atención a las solicitudes de uniformes para organismos como Educación y Salud Pública, añadió.
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